Quizás jamás solucione nada diciéndole que todo irá bien, que un día malo lo puede tener cualquier
persona, que no siempre en los días malos llueve, que los días están llenos de
cosas malas y buenas, que a veces son más las cosas malas que las buenas, pero
que con las malas aprendemos a valorar las buenas. Tal vez mis palabras no sean
lo que ella busca cuando está triste, o de mal humor, o estresada. Sin embargo
le digo que no se preocupe, que a veces las cosas no salen como uno las quiere,
que lo tome suave y que no sienta temor, que no sé si sirva de algo, pero
siempre estaré ahí para cambiar sus lágrimas por sonrisas.
A veces, nos mimetizamos tanto con el clima que nuestros malos días se convierten en lluvia...
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