Hoy, más que siempre, como nunca, quiero abrazarte,
estremecerte, estrujarte las costillas, sentirlas, sentir tu cuerpo, sentir tu respiración, escucharla y
escucharte, porque me gusta tu voz con un tono indescriptible e inconfundible.
Hoy más que siempre quiero besarte hasta que se pare el tiempo, detenerlo en
ti, detenerme en ti. Quedarme, en ti. Quiero marcarme en tus labios, en tu
sonrisa, marcarme en tu piel con un mordisco, con dos, con muchos. Observarte,
con la claridad de tus ojos ver la claridad de la vida, porque todo lo haces
ver fácil, porque contigo todo es fácil, o al menos así parece. Aferrarme a tus
brazos es aferrarme a la vida, es vivir, estar contigo es vivir. Entiendo que
el cielo es tangible, está en tu pecho, en tus brazos, en tus manos. Eres
cielo. Hoy te extraño más que nunca y te amo más que siempre.
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